Desde su creación en septiembre de 1993 la orquesta no solo llena la Basílica menor San Francisco de Asis, su sede en la capital cubana, sino que el rigor y sensualidad interpretativa de sus ejecutantes acapara la atención y emociona en cualquier sitio.
Guantánamo no fue la excepción: estamos ante una música virtuosa ejecutadas por mujeres virtuosas, que emanan de los instrumentos de cuerdas lirimos, sensibilidad, talento, con los cuales ha llegado a los más importantes escenarios de Cuba y del exterior.
Así lo afirmaron en la principal sala teatral de Guantánamo, donde colmaron toda su capacidad, no hubo espacio: gentes de pie, niños, jóvenes y adultos, todos a una ovacionaron cada pieza que salían de los violines, violas, violoncellos, contrabajos, influencia centroeropea, mediante la cual establecen vasos comunicantes con la música de autores cubanos, latinoamericanos…, esta orquesta integradas por muchachas, dirigidas por Zenaida Castro Romeu.
El programa estuvo compuesto por obras de reconocidas figuras internacionales y cubanas como el húngaro Béla Bartók; las danzas del polaco Witold Lutoslawski y los norteamericanos David Diamond y Aaron Copland; Guaguancó, de Guido López-Gavilán y La Bella cubana, de José White, tema con el que nombraron su primera producción discográfica.
Varios fueron los momentos que el público congratuló y hasta acompañó con palmas las obras de la Camerata. Memorable cuando una de las muchachas soltó su violín e hizo gala de danza rumbera durante la pieza Guaguancó.
“Este es el público que me gusta, el que es capaz de recepcionar toda la música, el que se expresa, pues es muestra interés y gusto lo que escucha”, manifestó.
Es la primera vez que la Camerata se presenta en Guantánamo, y lo hace como parte de la postergada gira de homenaje por los 15 años de fundada. Muy emocionada Castro Romeu, quien proviene de una estirpe de reconocidos músicos, expresó: “Quería iniciar mi gira por esta tierra, porque es imprescindible en la historia de la música cubana, sus creadores han dejado una huella en el panorama musical de la Isla como son Rafael Inciarte Brioso, Luis Martínez Griñán (Lili) y los hermanos Monier”.
Zenaida Castro Romeo fue la primera mujer cubana graduada en 1987 de dirección orquestal, rompiendo los prejuicios existente en el país al respecto, en 1993 fundó la Camerata, un ensamble solo de mujeres.
Desde entonces el reconocimiento de la crítica musical de la Isla y en el extranjero ha sido favorable para la orquesta. Con tres lustros de quehacer atesoran una amplia discografía que comprende los CDs La bella cubana, Sueños de ida y vuelta, nominado al premio Grammy Latino 2003; Danzas de las brujas, Tampa-Habana-Oslo, Cuba Mía, Raigal y Non Divisi y otra en producción.
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