Estados Unidos-Cuba en la Bienal Habana 2009

Sin que se vislumbre el final del embargo que Estados Unidos impuso a Cuba desde hace 47 años, artistas y galeristas estadounidenses protagonizan -por primera vez desde 1986- un acercamiento con la Isla al participar en la décima Bienal de Arte que se celebra en la capital cubana.

Más de 20 coleccionistas, 33 autores y 28 galerías de la vanguardia artística neoyorkina desembarcaron con la exposición Chelsea visita a La Habana: una muestra de 39 piezas, entre pinturas, esculturas, fotografías, instalaciones y videos, inaugurada el sábado en el Museo de Bellas Artes (MBA).

Las obras permanecerán accesibles al público hasta el 17 de mayo, según el curador internacional del MBA, Abelardo Mena, quien calificó la exposición como una oportunidad especial para que los cubanos aprecien el arte contemporáneo neoyorkino y se acerquen a las tendencias actuales.

El otro curador y principal organizador, Alberto Magnan, -cubanoestadounidense de 47 años y residente de EU desde los cinco- destacó a la prensa que se trata de la mayor exposición de estadounidenses en Cuba desde del triunfo de la revolución.

Magnan, propietario de una galería en el distrito Chelsea, recordó la carrera de obstáculos de dos años y medio que tuvo que vencer en su país para traer esta importante exposición colectiva que finalmente viajó a La Habana en un barco cargado de alimentos, única excepción comercial que hay entre ambos países.

"Al fin lo logramos. El arte permite acercar a los dos países. Creo que este primer paso es fruto de una colaboración increíble, y estamos entusiasmados con ello", afirmó Magnan.

"La muestra cumplió su objetivo de romper el hielo; los norteamericanos vinieron con una propuesta culturalmente sólida... hoy tenemos más esperanza en próximos intercambios", afirmó Mena.

Ambos gestores confían en que esta exposición sirva no sólo para facilitar el conocimiento y el intercambio entre artistas plásticos de ambos países.

"Espero que este sea también un primer paso en las relaciones entre Cuba y EU; un primer paso para el diálogo", señaló Magnan, quien también comentó que el presidente Barack Obama en ningún momento puso trabas al proyecto, por lo que ve posible repetir de vuelta en Chelsea una experiencia similar.

Como los dos organizadores de esta iniciativa, Howard Farber, un experto coleccionista que llegó con el grupo estadounidense, calificó el evento como una "circunstancia histórica".

"Quisiéramos que el arte cubano también fuera a EU, algo que hasta ahora ha sido imposible por cuestiones políticas", añadió Farber.

Obras como Castrobama, de Padraig Tarrant, confrontando en blanco sobre fondo rojo los perfiles de Obama y Fidel Castro, han impactado favorablemente a muchos cubanos que visitan la muestra.

Exposiciones de pintores cubanos como Michel Mirabal presentan una serie de banderas cubanas hechas de pétalos y espinas, titulada Ahí... escapando, y utiliza como galería el desvencijado solar donde nació el pintor, un edificio de apartamentos mínimos donde no se puede poner alta la música porque las vibraciones podrían derrumbar los techos.

Otro isleño, Carlos Garaicoa presenta en plata fundida Las joyas de la corona: ocho edificios temidos por los insumisos con el poder político de turno en distintos países americanos: el del Servicio de Inteligencia cubano; el centro de detenciones de la Seguridad del Estado conocido en La Habana por ’Villa Marista’; la Base Naval de EU en Guantánamo; el Pentágono, la sede de la KGB y la de la Stasi; la Escuela de Mecánica de la Armada de Argentina y el estadio de Santiago de Chile.